Un experimento: los mensajes del agua

Hola. Os invito a realizar un pequeño experimeto casero ya expuesto hace unos meses en el programa cuarto milenio de Iker Jiménez y que considero más que curioso. Se trata de probar como el agua, que cubre el 72% del planeta y compone nuestro cuerpo en un 65% ( en el caso del cerebro alcanza el 90% ) es digamosle, polarizable, a los pensamientos que se le proyectan y que le rodean ( un poco abstracto pero no encuentro otro modo de definirlo ). Es decir, si a una cierta masa de agua se le dirigen, proyectan o envuelven de mensajes positivos, la estructura molecular de ésta tiende a ser simétrica, con colores puros y luminosos y de formas casi perfectas. Por el contrario, si los mensajes son negativos, las estructuras tienden a ser caóticas, desordenadas y en colores apagados. Básicamente es esto el resultado de los experimientos realizados. El gran divulgador de esta corriente de pensamiento es un licenciado en medicina japonés, Masaru Emoto, y por lo que se ve el tío se está haciendo de oro con el librito.


Vamos con el experimeto, muy sencillito. Se toma un puñado de arroz y se hierve con agua del grifo en un cazo. Una vez hervido, se toman dos botes de cristal ( preferentemente iguales ) se introduce la misma cantidad de arroz en cada uno de ellos y se etiqueta cada bote, uno con un mensaje que evoque pensamientos positivos y otro todo lo contrario, que traiga a nuestra cabeza los más bajos instintos. Se colocan ambos botes en un lugar visible de frecuente paso para nosotros y en iguales condiciones de luz y temperatura. A partir de aquí, simplemente se trata que cada vez que pasemos por el lugar elegido para el experimento, miremos a uno y otro bote, dedicando a cada uno de ellos los pensamientos que corresponden. Así de sencillo y así de absurdo. En 2 semanas empezareis a ver resultados. Os dejo dos fotografías del resultado que yo obtuve:









Se puede apreciar como el arroz del bote de la derecha ha empezado a pudrirse ( el arroz se está deshaciendo ), en cambio, el de la izquierda está como el primer día ( la masa de arroz continúa compacta ). Creo que no hace falta indicar que etiqueta tenía cada bote. Visto el resultado ya dejé el experimento, pero según parece en 4 o 5 semanas el arroz se pudriría completamente.

Hay mucha información en internet al respecto aunque la mayoría de ellas en entornos en un ambiente que no termina de convencerme. Eso sí, el resultado es incuestionable.

Hasta la próxima!